Producciones de los alumnos
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SUEÑOS SOÑADOS
Parecía un martes como todos. Por delante me esperaba mi rutina aburrida de siempre. Pero no, esta vez había despertado bruscamente porque alguien golpeaba fuerte la puerta de casa y mamá lloraba silenciosamente. En voz baja le pregunté qué era lo que estaba pasando y ella se cercioró de no contestarme, ésto era muy inextricable. Luego de varios minutos, esos golpes que daban miedo cesaron. Al día siguiente nos marchamos de casa.
Perdón, olvidé presentarme, soy Juan Pablo, un chico de 14 años, muy delgado y extremadamente pálido. En aquel tiempo vivía en Capital Federal con Roxana, ella era una persona muy generosa que en realidad no era mi verdadera madre, aunque yo la llamaba así, ella se hizo cargo de mí cuando mis padres me abandonaron. Ahora sigamos con la historia.
Comenzamos a vivir en una casita que Roxana alquilaba. Era miércoles y yo extrañaba mi cama y mi vestimenta, porque cuando nos fuimos, sólo nos habíamos llevado dos bolsas con ropa. Los colchones que usábamos ahora, nos los prestaba un vecino y no teníamos camas. Mamá estaba contenta porque había conseguido un trabajo en un bar a tres cuadras de nuestra casita y a mí me hacía bien verla así.
Tres días después me contó que dentro de una semana le pagarían el primer sueldo y que, con parte se ese dinero me compraría una cama. El domingo me desperté nuevamente con un ruido, era el dueño del bar, que nos traía una cama de regalo que no usaba, porque según él no podíamos seguir durmiendo así.
Cuando vivía en la casa anterior, los domingos iba hasta el Club de Tenis a mirar como jugaba la gente. Para no perder esta costumbre, decidí pedirle permiso y dinero a mamá e ir en subte hasta Plaza Miserere. Desde allí caminé seis cuadras hacia adelante y dos a la derecha. Y allí estaba de nuevo, mirando como unos jóvenes jugaban al tenis. Me encantaba ese deporte pero Roxana me había dicho que era imposible para mí porque era un deporte caro, por eso me conformaba con mirarlos los domingos y soñar que era uno de ellos. De pronto, unos muchachos terminaron un partido y mientras uno de ellos se alejaba, el otro se acercó hasta mí.
Este señor era delgado, de pelo castaño y llevaba la típica vincha en su cabeza. Me preguntó si me gustaba el tenis, le respondí que me fascinaba pero que no lo practicaba por cuestiones económicas. Entonces él me dijo que como el jueves se marchaba, me invitaba los días que le restaban a practicar con él. Jugué un partido y quedamos para el día siguiente.
Al llegar a casa le conté a mamá lo que me había pasado. Ella se puso contenta y me dio permiso para ir el próximo día al club.
Comenzó el lunes. Me levanté, desayuné, tomé el subte y llegué a la cancha de tenis. Jugué una hora sin descansar. Cuando terminamos me contó que le decían Pico y yo le dije que me llamaba Juan Pablo. Nos quedamos allí hablando y jugando tenis hasta tarde, entonces me dijo que me llevaría hasta mi casa porque ya estaba anocheciendo.
Su auto era lujoso, nunca había visto uno así en su interior. Al llegar, después de presentarle a mamá, se pusieron a hablar un rato. Luego se despidió y se fue. Mamá me contó que él quería llevarme a ver la final de "Tenis Open" al centro pero que necesitaba su permiso. Ella se lo había dado y quedaron en que iríamos los tres el miércoles 15 a ver el partido de un tal "Del Potro".
El día parecía no llegar jamás pero finalmente llegó. Yo estaba muy ansioso. Nos levantamos, desayunamos y él nos pasó a buscar. Fue un partidazo, Del Potro ganó la final de una copa al mejor del mundo, un tal "Federer" por 3-6 , 7-6 , 4-6 , 7-6 , 6-2. Nadie le tenía demasiada confianza al argentino, pero ganó, demostrando que a pesar de ser muy joven, podía.
Al día siguiente Pico me regaló su raqueta y unas pelotas para que practicara en el patio de mi casa y luego se fue.
Cuando terminé la escuela comencé a trabajar en una empresa y a perfeccionarme en el tenis. Formé mi propia escuelita de tenis en la que enseño a los niños gratuitamente. A todos les cuento mi historia en la que había jugado al tenis con Pico Mónaco sin conocerlo.
Ramiro Ceccón 2° "C"
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Parecía un martes como todos. Por delante me esperaba mi rutina aburrida de siempre. Pero no, esta vez había despertado bruscamente porque alguien golpeaba fuerte la puerta de casa y mamá lloraba silenciosamente. En voz baja le pregunté qué era lo que estaba pasando y ella se cercioró de no contestarme, ésto era muy inextricable. Luego de varios minutos, esos golpes que daban miedo cesaron. Al día siguiente nos marchamos de casa.
Perdón, olvidé presentarme, soy Juan Pablo, un chico de 14 años, muy delgado y extremadamente pálido. En aquel tiempo vivía en Capital Federal con Roxana, ella era una persona muy generosa que en realidad no era mi verdadera madre, aunque yo la llamaba así, ella se hizo cargo de mí cuando mis padres me abandonaron. Ahora sigamos con la historia.
Comenzamos a vivir en una casita que Roxana alquilaba. Era miércoles y yo extrañaba mi cama y mi vestimenta, porque cuando nos fuimos, sólo nos habíamos llevado dos bolsas con ropa. Los colchones que usábamos ahora, nos los prestaba un vecino y no teníamos camas. Mamá estaba contenta porque había conseguido un trabajo en un bar a tres cuadras de nuestra casita y a mí me hacía bien verla así.
Tres días después me contó que dentro de una semana le pagarían el primer sueldo y que, con parte se ese dinero me compraría una cama. El domingo me desperté nuevamente con un ruido, era el dueño del bar, que nos traía una cama de regalo que no usaba, porque según él no podíamos seguir durmiendo así.
Cuando vivía en la casa anterior, los domingos iba hasta el Club de Tenis a mirar como jugaba la gente. Para no perder esta costumbre, decidí pedirle permiso y dinero a mamá e ir en subte hasta Plaza Miserere. Desde allí caminé seis cuadras hacia adelante y dos a la derecha. Y allí estaba de nuevo, mirando como unos jóvenes jugaban al tenis. Me encantaba ese deporte pero Roxana me había dicho que era imposible para mí porque era un deporte caro, por eso me conformaba con mirarlos los domingos y soñar que era uno de ellos. De pronto, unos muchachos terminaron un partido y mientras uno de ellos se alejaba, el otro se acercó hasta mí.
Este señor era delgado, de pelo castaño y llevaba la típica vincha en su cabeza. Me preguntó si me gustaba el tenis, le respondí que me fascinaba pero que no lo practicaba por cuestiones económicas. Entonces él me dijo que como el jueves se marchaba, me invitaba los días que le restaban a practicar con él. Jugué un partido y quedamos para el día siguiente.
Al llegar a casa le conté a mamá lo que me había pasado. Ella se puso contenta y me dio permiso para ir el próximo día al club.
Comenzó el lunes. Me levanté, desayuné, tomé el subte y llegué a la cancha de tenis. Jugué una hora sin descansar. Cuando terminamos me contó que le decían Pico y yo le dije que me llamaba Juan Pablo. Nos quedamos allí hablando y jugando tenis hasta tarde, entonces me dijo que me llevaría hasta mi casa porque ya estaba anocheciendo.
Su auto era lujoso, nunca había visto uno así en su interior. Al llegar, después de presentarle a mamá, se pusieron a hablar un rato. Luego se despidió y se fue. Mamá me contó que él quería llevarme a ver la final de "Tenis Open" al centro pero que necesitaba su permiso. Ella se lo había dado y quedaron en que iríamos los tres el miércoles 15 a ver el partido de un tal "Del Potro".
El día parecía no llegar jamás pero finalmente llegó. Yo estaba muy ansioso. Nos levantamos, desayunamos y él nos pasó a buscar. Fue un partidazo, Del Potro ganó la final de una copa al mejor del mundo, un tal "Federer" por 3-6 , 7-6 , 4-6 , 7-6 , 6-2. Nadie le tenía demasiada confianza al argentino, pero ganó, demostrando que a pesar de ser muy joven, podía.
Al día siguiente Pico me regaló su raqueta y unas pelotas para que practicara en el patio de mi casa y luego se fue.
Cuando terminé la escuela comencé a trabajar en una empresa y a perfeccionarme en el tenis. Formé mi propia escuelita de tenis en la que enseño a los niños gratuitamente. A todos les cuento mi historia en la que había jugado al tenis con Pico Mónaco sin conocerlo.
Ramiro Ceccón 2° "C"
Producciones
¡Estamos esperando que nos envíen sus producciones!
Seguramente hay ideas muy buenas...
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Seguramente hay ideas muy buenas...
La ciencia-ficcion de luto
El autor estadounidense Ray Bradbury ha fallecido en Los Ángeles a los 91 años de edad.
Los fanáticos de este género, no pueden dejar de leer alguna de sus obras.
Los fanáticos de este género, no pueden dejar de leer alguna de sus obras.
- Crónicas marcianas (1950). The Martian Chronicles
- El hombre ilustrado (1951). The Illustrated Man
- Las doradas manzanas del sol (1953). The Golden Apples of the Sun
- El país de octubre (1955). The october Country
- Icarus Montgolfier Wright (1956)
- Remedio para melancólicos (1960)
- Las maquinarias de la alegría (1964). The Machyneries of Joy
- Fantasmas de lo nuevo (1969). I Sing the Body Electric
- Mucho después de medianoche (1974, 1975). Long After Midnight
- Cuentos de dinosaurios (1983)
- Memoria de crímenes (1984). A Memory of Murder
- El convector Toynbee (1988), también traducido al español como En el expreso, al Norte
- La bruja de abril y otros cuentos (1994)
- Más rápido que el ojo (1996)
- A Ciegas (1997). Driving Blind, traducido al español también como Conduciendo a ciegas
- De la ceniza volverás (2001)
- Algo más en el equipaje (2003)
- El signo del gato (2005)
[editar]Novelas
- Fahrenheit 451 (1953)
- El vino del estío (1957). Dandelion Wine
- La feria de las tinieblas (1962). Something Wicked this Way Comes
- El árbol de las brujas (1972). The Halloween Tree
- La muerte es un asunto solitario (1985). Death is a Lonely Business
- Cementerio para lunáticos (1990). A Graveyard for lunatics
- El ruido de un Trueno (1990)
- Sombras verdes, ballena blanca (1992). Green Shadows, White Whale
- Matemos todos a Constance (2004). Let´s All Kill Constance
- El verano de la despedida (2006)
- Ahora y siempre (2009). Now and Forever
[editar]Teatro
- El maravilloso traje de color vainilla (1972). The Wonderful Ice Cream Suit
- Columna de fuego y otras obras para hoy, mañana y después de mañana (1975). Pillar of Fire and Other Plays
Sponsor
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