Adición y adicción
Para
el habla común española es difícil pronunciar la doble c en medio de las muchas
palabras que se escriben de esa manera. Lo más habitual es que no se haga
diferencia en la pronunciación o que se articule sustituyendo la primera de
ellas por una especie de sonido a q -como en reduqción, direqción y otras-, que
otorga un cierto tono afectado al que así lo hace. Ciertamente, en la inmensa
mayoría de los casos no existe ningún problema para entender la palabra dicha,
y aun si se escribiese suprimiendo una de las c no pasaría de ser una falta
ortográfica pero no induciría a error en su significado. La Ortografía de la
Real Academia no es demasiado explícita al establecer las normas sobre el uso
de esa doble letra; dice: “Por regla general, se escribirá -cc- cuando en
alguna palabra de la familia léxica aparezca el grupo -ct-. Ejemplos: acción
(por relación con acto), reducción (con reducto), dirección (con director)”. Pero
inmediatamente ofrece una larga serie de excepciones, con lo que quien acude a
la RAE buscando ayuda no sale en esta ocasión con las ideas del todo claras.
Ciertas
palabras, sin embargo, exigen marcar bien la diferencia que les proporciona la
dichosa letra, porque con ella doble o sencilla vienen a significar cosas
absolutamente distintas y por tanto, más en el lenguaje escrito que en el
hablado, puede confundirse o tergiversarse el sentido de una expresión. Es el
caso de las que traigo hoy a este laboratorio: adición y adicción.
Adición,
del latín additio,-onis, es la acción y efecto de añadir o agregar; y también
la añadidura que se hace, o parte que se aumenta en alguna obra o escrito.
Adicción,
del latín addictio,-onis, -ojo a esa c que ya aparece en la etimología latina-,
nombra el hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas
tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos. En una segunda acepción,
el Diccionario de la Real Academia Española la adscribe también a entrega o
adhesión; como sería, por ejemplo, la adicción al trabajo, mal de muchos de
nuestros colegas.
Atención,
pues, al uso apropiado de ambas palabras, que no es igual la adición de
medicamentos en una terapéutica que la adicción a ellos por parte del enfermo.
José
Ignacio de Arana
Miembro de la Asociación Española de
Médicos Escritores, es autor de varios libros, como Relatos médicos, de la
serie Historias curiosas (medicina, iglesia, arte y guerras) o Respire hondo.
Anecdotario médico.