Bienvenidos a Catarsis Literaria y algo más Este es un espacio abierto a todos los estudiantes de la E.E.S.T N°1, para que a través de la escritura expresen sus opiniones, sentimientos y su talento literario.

Producciones de los alumnos

Tomates tentadores.
 Esa tarde mamá me había mandado a comprar un kilo de papas a la verdulería de “Don Armando” que quedaba a dos cuadras de mi casa. Nunca me gustó ir porque yo lo saludaba y no me dejaba terminar, me interrumpía con un  “¿Qué necesitás  pibe?” .Comprendía que tenía que guardar todas las furias dentro de mí y ser el niño más agradable posible, pero ese hombre era el demonio vivo. Era grandote y usaba un delantal blanco con el bordado “Don Armando”.
-Un kilo de papás por favor - dije disimulando el odio.
- Esperame acá- dijo como siempre de una forma tan cortante. Una vez terminadas sus palabras, fue a buscar las papas al fondo del local. Seguramente las tenía en el patio que quedaba detrás de una gigante puerta blanca. Mientras esperaba no se me ocurrió mejor idea que mirar lo que tenía. Vi remolachas, lechuga, bananas y unos tomates gigantes de color rojo oscuro. Me parecían un poco más grandes de lo normal, como su dueño. Pensé que ya era hora de concretar todos mis sentimientos en los hechos. Nada mejor que humillar al señor Armando como lo hacía él frente a todos los otros clientes no saludándome. Ya que esta vez no había nadie, agarré los tomates uno por uno y los puse en fila india desde la puerta blanca que comunicaba el negocio con el fondo hasta el mostrador.
 En el momento en que iba a poner el último tomate sentí  pasos detrás de mí. Me di vuelta con mucho miedo pensando una excusa para contarle al cliente que había venido. Pero no era lo que yo imaginaba, fui subiendo la vista y vi una tela blanca hasta la altura de las rodillas. Cerca de la panza vi una D, una O, una N, una A, R y ustedes se imaginan lo que tenía ante mis ojos. Estaba colorado como los mismos tomates que había usado. Parecía salirle humo de las orejas. No tardó en venir una patada que tocó la parte trasera de mi cuerpo. No alcancé a tomar las papas, ni tampoco a darle el dinero. Lo último que escuché fue su voz gruesa diciendo - ¡¡No te quiero ver nunca más acá!!!
Matías Pascali-2° "C"-Secundaria Básica

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Homenaje a María Elena Walsh

María Elena Walsh fue un verdadero juglar de nuestros tiempos, cuando recitaba, o cuando cantaba sus versos, pero también, cuando denunciaba subliminalmente diversas cuestiones sociales. Toda su rebeldía, su desencanto, su oposición, su amor a la naturaleza y a los niños ha quedado reflejado en numerosos poemas, cuentos, novelas, canciones, ensayos y artículos periodísticos.

Como la cigarra
Tantas veces me mataron, tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
porque me mató tan mal y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí
a mi propio entierro fui solo y llorando
Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después
que no era la única vez y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
cuántas noches pasarás desesperando
Y a la hora del naufragio y la de la oscuridad
alguien te rescatará para ir cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
                                                     1972

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Producciones de los alumnos

Un detalle que vale oro. 

 Mis padres estaban siempre preocupados por el gobierno que había congelado sus ahorros. Me habían dicho que estudiar e ir a la escuela era la única obligación que tenía, a los 10 años actuales. Pero algo que me estaba atormentando eran las cargadas de mis compañeros, para llamarlos de alguna manera, durante toda la jornada. Siempre me encontraban un defecto, sea por el pelo o por los pies y, si no lo tenía, lo inventaban. Hasta que llegó ese día en el que me cansé de tantas burlas. Jamás faltaba un chasqueo en el aula. 
Apenas llegué a mi casa me puse a pensar ¿cómo le decía a la maestra que recibía más de 345 burlas por semana?- las estuve contando-. Pensé estrategias y planes pero siempre estaba  la posibilidad de malas consecuencias. Tal vez debería decirle a la docente mañana pero, ¿cómo lo probaba?. Podría tomar una fotografía, grabarles la voz pero no tendría motivos para tener el celular encendido en clase. Después de una hora y media pensando en un plan para "hundirlos" de alguna forma, encontré el más conveniente que podría hacer: realizar una serie de hechos para que la docente se diera cuenta de  quiénes eran los que me molestaban. Desde ese momento hasta la hora de cenar me rompí la cabeza para lograr un plan perfecto.
 Tenía que entrar a las 6:30 hs., una hora y media antes de que los demás lo hicieran para armar toda la escena a mi gusto. Ingresé por la puerta trasera que siempre dejaban abierta. Fui a la preceptoría y busqué tizas de todos los colores que había, que  por cierto, no eran muchos. Entré en el salón que siempre usábamos y escribí las palabras con las que más me agredían. Traté de utilizar la letra de mis compañeros pero no se las conocía lo suficientemente como para copiarlas. Me ocupé de ponerme guantes además de limpiar toda el aula con un trapo viejo paras que, por las dudas, no quedaran huellas ni de mi respiración. Dejé las tizas en sala de preceptores y busqué una lapicera para rayar los bancos en mi contra. Todo estaba saliendo como lo había planeado.
 Volví a mi casa con mucho entusiasmo y me puse la ropa más vieja que tenía. Pero luego me la tuve que sacar porque mi padre no me dejó que fuera al colegio vestido de esa manera, igual  traté de que fuese la más antigua dentro de las nuevas. Me despeiné y salí corriendo tratando de que nadie me viera así. Iba tan entusiasmado que me di cuenta a las dos cuadras de que me había olvidado la mochila, así que volví, la agarré y corrí hacia la escuela. Entré normalmente como todos los demás. 
 Sonó el timbre y todos formamos. Después del saludo cotidiano, todos los alumnos de dirigieron a sus aulas. Traté de ser el último en ingresar, el último en recibir la noticia de que me habían agredido de forma escrita en el pizarrón. La profesora llegó  y  apenas vio las burlas llamó la atención a todos los alumnos. No podía contener la alegría de que todo saliera tal cual lo había planeado. Pero no pareció afectarles mucho por lo que se me ocurrió, en el recreo, agredir a la profesora y a mí en el pizarrón. Cuando ésta entró nuevamente al aula, después del último recreo,  fue a llamar inmediatamente al preceptor, pero no para comentarle lo sucedido, sino para pedirle que nos cuidara porque ella debía retirase por unos minutos. Nadie sabía adónde iba. Según mis especulaciones iría a la dirección a informarle a los directivos del pésimo comportamiento de los estudiantes y la gran falta de respeto hacia los docentes. Pero después de diez minutos volvió con cara de enojada y me miró muy fijamente por tres segundos. No sé si sería porque los dos habíamos sido agredidos o por otra cosa. No mucho tiempo después llegó el director, por cierto, al que le teníamos mucho respeto, y me citó a la dirección luego de la clase.                    
 Cuando sonó el timbre, me encontré yendo hacia la dirección. Caras nuevas de preceptores que no conocía, docentes y autoridades escolares que me señalaban dónde quedaba el despacho de la autoridad máxima del establecimiento, con caras de desprecio.
 Toqué la puerta y la portera que por casualidad estaba ahí me hizo entrar. Cuando me puse a mirar los cuadros de personas que habían hecho historia en el país como San Martín, Belgrano, llegó el director. Lo primero que me dijo fue que había llamado a mis padres, quienes inmediatamente se presentaron en el lugar. Me retiré y los esperé  afuera. Salieron todos los alumnos pero yo seguía dentro de la escuela.
De repente se abrió la puerta y mis padres me tomaron fuertemente de la mano y me llevaron hasta casa. Me castigaron y gritaron pero no dijeron por qué. Esa tarde también me la pasé pensando pero esta vez no para crear o inventar ideas, sino para encontrar la solución a una. Pasé un largo tiempo encerrado y reflexionando mucho y me di cuenta de que tal vez se me había escapado un detalle, quizás había cometido un error, olvidé que en la escuela había cámaras y sin audio. 
Matías Pascali 2ºdo C. - Secundaria Básica

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Poesías


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo frenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas ... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas ... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate
así ... ¡no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

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Frases de la semana

"Decir amistad es decir entendimiento cabal, confianza rápida y larga memoria; es decir, fidelidad"

"No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices."
                                                      Gabriela Mistral
                                                  (Poeta chilena 1889-1957)

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Producciones de los alumnos

Frases diarias de transporte

Ve en busca de aquellas cosas que te harán lograr, nada de lo factible será imposible... Los sentados jamás llegan a ser más altos de lo que son...

Él sabe lo que hace. Hoy lo entiendo, porque ningún otro lugar era el debido. Estoy en el sitio indicado, nada puede ser más perfecto, ni siquiera las cosas no tan buenas... Todo en su perfecto orden.

Juan Manuel López- 3° Informática

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Producciones de los alumnos

  Mis nervios de punta

 Es  un año electoral aquí en Argentina, y Buenos Aires está impaciente. Los políticos por todos lados buscan votos, la gente no sabe qué propuesta es mejor y así sucesivamente. Pero en este 2011 me pasó algo especial y se los voy a contar.
   Era un día normal, fui a la escuela como de costumbre a las 7:30 hs y luego salí de ella a las 11:50 hs para ir a mi casa. Allí me esperaba mi mamá con la comida, una rica y sabrosa pizza. Después del almuerzo me puse a mirar televisión. Viendo algunas noticias, me enteré de que River Plate estaba  en promoción y que con ese resultado Boca Juniors clasificaría para la Copa Sudamericana y que un señor de bigotes muy reconocido se postulaba para Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego me puse a estudiar, ya que al otro día tenía prueba de Prácticas del Lenguaje, pero  estaba muy nervioso, tan  nervioso que no me podía concentrar  en lo que tenía que estudiar, me distraía pensando en cómo me iba a ir, qué preguntas iba a hacer la profesora, qué me dirían mis padres si la nota de la evaluación era mala y varias cosas más.  Imaginé muchas situaciones, como que ellos se enojaban conmigo y no me dejaban salir a ningún otro lado que no fuera la escuela o que por esa nota me llevaba la materia. Al fin pude tranquilizarme,  pensar en cosas buenas y estudiar un poco. Debía hacerlo, de lo contrario me iría muy mal.
   Había llegado el día. Traté de tomar todo con tranquilidad, me fui en bici hasta el establecimiento.  Como lo hacía diariamente, me senté en el banco de siempre y esperé hasta que llegara  el momento de la evaluación. En ese instante entró la profesora y  nos hizo cambiar de salón porque, supuestamente el otro, era más cómodo  En el trayecto todas las situaciones que había imaginado, pasaron por mi mente y me intranquilizaron. Cuando la docente comenzó a repartir las pruebas y a explicar algunas consignas me calmé, pensé en cosas buenas y resolví todo lo que sabía. Luego la revisé. Fui el último en entregar, como siempre, el más lento de todos. Después de esto volví a mi casa y descansé.
   Al la semana siguiente, en el momento en que entregaban las evaluaciones me puse nervioso de nuevo, pero en el instante en el que me la dieron en la mano y decía 8,50, me alivié como nunca en la vida. ¿Era una buena nota, no? Pero hasta ahora sigo poniéndome nervioso antes de cada evaluación hasta que me acuerdo que, si sigo así, me va a ir mal.
              Stéfano Petracci-2° “C”-Secundaria Básica.

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Producciones de los alumnos

¿Por qué a mí?
¡Ah! Estoy cansada, no hay nada que me salga bien. Si no me quedo dormida, cuando llego al trabajo tengo que escuchar a la arpía esa que empieza a gritar desde temprano, claro total, a la que le duele la cabeza después es a mí, no a ella. Y encima ahora tengo que hacer un trabajo que me va a llevar todo el día, uf!. No sé qué se piensan que soy, pretenden que haga todo rápido y para mañana a primera hora!
Lo bueno es que ahora estoy en casa tranquila, ojalá que pueda terminar rápido lo que me traje de la oficina  porque tengo que ordenar este lugar urgente. Tengo hambre y sueño. ¡Uh! Un mensaje de texto, a ver de quién se trata? ¿Eh? ¿Justo hoy tiene que venir? No le puedo decir que no, se va a enojar, la otra vez que le dije así, se re enojó, y lo peor es que tenía razón, a María siempre le digo que no, que no puedo, que estoy agotada.
Tengo que acomodar un poco las cosas. Ay! Me hice mal con esta silla que está en el camino.¡Cómo me duele! Me lastimé, me sale sangre. Encima tengo que cocinar algo, y el trabajo...bueno, cuando María se vaya lo termino y después a dormir.
¡Noooooooooo, no se puede haber quemado todo lo que estaba haciendo! ¡Qué humo que hay! Ahora va a empezar a sonar la alarma y me van a llamar, no tengo ganas de atender.
¿Quién golpea? ¡Ah,  María!...pasá ,pasá,  no sabés todo lo que me pasó hoy!.
                                 María José Prosis- 4° Informática

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Mitos urbanos: un paseo por la "Misteriosa Buenos Aires"

Un tour por los lugares más misteriosos de la ciudad
El departamente de Yiya Murano, el fantasma de Felicitas Guerrero, el barrio del Petiso Orejudo son algunas de las paradas de un recorrido que recuerda crímenes famosos o apariciones de fantasmas
  
La gente entra y sale del cine Gaumont, sobre la avenida Rivadavia, frente a la Plaza de los dos Congresos. Es viernes a la noche, llueve, una nube espesa cae sobre Buenos Aires. En la vereda, vestida con remera, saco, pantalón y zapatos negros, espera Alejanda Parets, la guía de un tour misterioso que recorrerá, durante dos horas y media, lugares de la ciudad donde ocurrieron crímenes famosos o leyendas de apariciones fantasmales.
Un recorrido por barrios de Balvanera, Monserrat, San Telmo, La Boca, Barracas, Parque Patricios y San Cristóbal, que forman parte del paseo nocturno "Buenos Aires Misteriosa" que también incluye una visita guiada por el cementerio de la Recoleta.
"Les vamos a hablar de fantasmas, leyendas de hombres y mujeres que llegaron a un punto del que ya no se vuelve. Una Buenos Aires misteriosa, de miedo", relata Alejandra con voz tenebrosa, mientras catorce personas suben a la combi oscura, donde sólo penetran pequeños rayos de luz.
La primera parada es en México 1777, donde en el sexto piso y en el departamento 21 vivía María de las Mercedes Bolla Aponte de Murano, más conocida como Yiya Murano, o la envenenadora de Monserrat. "Aquí estaba la cocina de la muerte", se escucha por los parlantes en medio de la historia criminal que ocurrió en 1979. El hecho es recordado porque murieron envenenadas tres mujeres, Nilda, Chicha y Zulema, amigas de Yiya, que las invitó a tomar el té con galletitas con cianuro. "Ella se sentía para grandes cosas, por eso ocurrió todo, por un problema de dinero entre ellas", explica Alejandra mientras el tour pasa por los empedrados de San Telmo rumbo a la Plaza Dorrego.
El fantasma excitado
Antes de escuchar la leyenda del fantasma excitado, el grupo se detiene frente al edificio donde funcionaba el Servicio Penitenciario Federal "Antonio Ballve", ubicado en Humberto Primo entre Balcarce y Bolívar. Allí estuvo presa Clorinda Sarracán, una mujer que confesó haber asesinado a su marido en 1856 y estuvo a punto de ser condenada a la pena de muerte. Pero por campaña de Mariquita Sánchez de Thompson, quien juntó miles de firmas, fue liberada. Desde ese caso nunca más una mujer recibió esa sentencia.
El suelo está húmedo y en las mesas de la plaza, de los bares de la manzana, están vacías. Poca gente recorre las calles y el tour avanza en soledad. ¿Por allí andará el fantasma de Antonio Torres de Pineda? Algunos piensan que sí y se ríen, luego de conocer su historia. Enamorado de una joven india de 15 años, cuenta la leyenda de erotismo y sexualidad, perdió la razón cuando la encontró en una cama, desnuda, junto a cuatro caciques a los que mandó a colgar en la Plaza de Mayo. Torres de Pineda estaba bajo las órdenes de Juan de Garay y tenía la autoridad para hacerlo. Como venganza, la india maldijo su alma y desde ese momento el fantasma excitado sobrevuela las calles de San Telmo.
La luz se apaga de nuevo dentro de la combi y la voz de la narradora se enciende para explicar el origen del cianuro y mostrar fotos de Yiya. "Con los carozos de fruta podés hacer cianuro", aporta un pasajero. "¿De qué murió Antonio?", pregunta otro.
En Parque Lezama se ve, entre penumbras, y el monumento de Pedro de Mendoza iluminado. Se pasean perros, hay olor a resumidero, varias personas cruzan el parque a oscuras y aparecen entre las sombras. "La gente dice que el fantasma de Juan de Osorio, uno de los lugartenientes de Mendoza, aparece en el parque porque murió de una forma injusta", dice brevemente Alejandra.
El tour llega al castillo de la esquina de Villafañe y Brown, dominado por pequeños duendes y avanza hacia la cancha de Boca. Allí se conocen las historias de apariciones del utilero Tarija Gutiérrez, una chica vestida de blanco, un hombre en la tribuna y un niño en pantalones cortos. "Dicen que son fantasmas de personas que tienen las cenizas en la cancha o en los alrededores. Son fantasmas buenos".
Las rejas del amor
La iglesia Santa Felicitas, en Barracas, construida en honor a Felicitas Guerrero, es la próxima parada. En pocas palabras, la historia de esta adolescente del siglo 19 estuvo marcada por la tragedia: se casó por obligación con Martín de Alzaga, dos de sus hijos murieron, heredó una fortuna, se enamoró de un campesino y fue asesinada por Enrique Ocampo, quien luego se suicidó, porque su amor no era correspondido.
La historia actual es lo más interesante. Se cree que quien toca las rejas que protegen la Iglesia encuentra el amor de su vida o no lo pierde si ya lo tiene al lado. Por eso faltan varios partes de hierro y hay extremos doblados por personas que quisieron llevarse consigo algún trozo. ¿Para asegurarse el amor eterno?
Cada 30 de enero, en el aniversario de la muerte de Felicitas, las rejas se llenan de pañuelos rojos y blanco, señales de promesas de amor. La leyenda habla de un fantasma que aparece esa noche y si al otro día los pañuelos están mojados, significa que se habrá secado las lágrimas y el deseo se cumplirá.
"Hubo un chico, de estatura baja y orejas apantalladas, que fue protagonista de una de las historias más oscuras de Buenos Aires", describe Alejandra para introducir a los pasajeros en el caso del Petizo Orejudo. Llegando al final del tour le siguen la del descuartizador Jorge Burgos que mató a Alcira Metigue y distribuyó las partes de su cuerpo por varios rincones de Buenos Aires, y la de Emilia Basil que asesinó a José Petriella y luego cocinó su cuerpo en las ollas del restaurante familiar de Pasco y Garay, en San Cristóbal. 

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Producciones de los alumnos

Cuento basado en la obra “Odisea”
20 años
Él volvía después de un largo tiempo a su vieja casa, ya estaba casado, tenía hijos y una gran familia. De repente el colectivo frenó en la vieja terminal, que estaba prácticamente desolada, debido a que era domingo a las 3 de la tarde.
                Al llegar, el hombre fue a un bar a almorzar algo ya que en el colectivo no había comido nada. Se sentía extraño en esa tierra. Hacía 30 años atrás, o más, ya se había olvidado, jugaba allí al fútbol con los chicos de su barrio, y ahora se preguntaba qué sería de la vida de esos chicos, que tantas tardes le habían alegrado.
                Después de esto, fue a recorrer la cuidad, estaba distinta, más sucia, con más gente que ya no lo saludaba, sino que miraba a ese extraño con indiferencia, al igual que el lugar en donde vivía actualmente.
Comenzó a caminar hasta donde él había vivído, se quiso guiar por los baldíos que había cerca de su casa pero fue inútil, estaba lleno de departamentos, negocios.  Después de unos cuantos minutos de búsqueda, encontró su viejo hogar, tocó a la puerta y esperó a que lo atendieran. Cuando su madre le abrió se sorprendió al ver a ese sujeto.  Realmente no sabía quién era.  Al principio lo observó por la ventana de la puerta, pensando que era algún vendedor o algo así, pero no, era su hijo, y ella ya se había olvidado de él. Lo sentía como algo increíble, pero era real. Cuando el hombre le decía que él era su hijo ella se limitaba a decir que sólo tenía un hijo. Le dijo que era un loco, un aprovechador que lo único que  quería era robarle, entonces, él recordó que tenía una cicatriz en el codo derecho, que ella seguramente recordaría porque había presenciado ese accidente así que decidió mostrarle dicha marca. Fue entonces cuando a su madre le volvieron los viejos recuerdos a la memoria. Lo abrazó e inmediatamente despidió un par de lágrimas, pero nada más, ya no sentía que lo amaba como a un verdadero hijo, ahora lo sentía como "un simple conocido". Él le explicó qué había sido de su vida, de qué trabajaba, le contó que tenía esposa e hijos, de su casa, de su auto, de su vida en general.
                Luego la madre le contó cómo habían pasado esos últimos años, le dijo que habían sido muy rutinarios, nada interesante le había ocurrido, cosa que a él no le sorprendió.
                Después de esta larga charla, sintió que era mejor volver a su casa, que su madre no lo necesitaba. Quizás se equivocaba, quizás no, no lo sabía bien, pero decidió volver esa misma noche.
Saludó a su madre y se marchó hacia la terminal, a esperar el siguiente colectivo de regreso a su verdadero hogar para, tal vez, no volver jamás.

Alumno: Calgaterra Francisco- 4° año Informática

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Conciencia Solidaria

“BASTA YA”
Artistas argentinos volvieron a grabar un video contra la minería a cielo abierto como parte de la campaña “Basta Ya”, que exige el final de la megaminería en Argentina.
El lanzamiento se hizo  con la proyección de un videoclip (que se puede ver en You Tube), del que participaron más de 20 artistas que donaron su trabajo.
 Letra:
Basta ya, de minas a cielo abierto
Basta ya, muere el río muere el suelo
Basta ya, es urgente ya no hay tiempo
Se derriten nuestros hielos.

Es mi Argentina la que vienen a contaminar. Llora la tierra herida no nos vamos a callar.
La Rioja amenazada, reprimida Andalgalá, Conciencia Solidaria Ya!
Buenos Aires escucha a tus hermanos, alza tu mano que mi rap no sea en vano.
Es el amor que nunca se equivoca, El Famatina no se toca.

Basta ya, el agua y la vida no se negocian
Basta ya, muere el árbol y su sombra
Basta ya, no queremos más desechos
Es urgente ya no hay tiempo.

Córdoba, San Juan, el agua no, no, no, no, no se vende.
Jujuy , Santa Cruz, Argentina.
no queremos uranio, plutonio, cianuro, contaminación radiactiva, cáncer.
Lo urgente y lo importante, Ley Nacional, prohibiendo Megaminería, prohibiendo Megaminería.

Basta ya, La vida es nuestro derecho
Basta ya, somos uno bajo el cielo
Basta ya, es urgente ya no hay tiempo
Nuestra tierra está sufriendo

Basta ya, de minas a cielo abierto
Basta ya, muere el río muere el suelo
Basta ya, es urgente ya no hay tiempo
Somos uno bajo el cielo.

Basta ya, Basta ya, Basta ya.
STOP.


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Producciones de los alumnos

Frases diarias de transporte

Me agota de aburrimiento esta convención tan igual y recta. Seamos alguna vez salvajes e imprudentes. Usemos los zapatos de sombrero y los cinturones de taparabos, durmamos en los árboles, hablemos una lengua distinta, jamás inventada, besemos a las tortugas, pongámonos lentes de sol una noche estrellada y celebremos cuando no haya nada por qué hacerlo...
Desestabilizaremos tan sólo por un momento el mundo, y listo eso, no habrá arrepentimientos, sólo ansiedad por repetirlo...

Del dicho al hecho, no hay un camino estrecho... Gracias a la vida que me ha dado tanto, me ha dado herramientas, y al haber perdido el manual de uso he sido un ingrato... Te pido un favor, concédeme tres deseos, o mejor sólo uno... Irme de aquí, pudiendo volar...
        Juan Manuel López- 3°año Informática                             

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Homenaje de Gaturro a Steve Jobs, el fundador de Apple

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Premio Nobel de Literatura 2011


Tomas Tranströmer, el poeta                  del realismo intimista

Tomas Tranströmer, que recibió el jueves el Premio Nobel de Literatura a los 80 años, es el más conocido de los poetas escandinavos vivos y cuenta con una obra en la que explora la relación entre nuestra intimidad y el mundo que nos rodea.
Psicólogo de formación, sugiere que el examen poético de la naturaleza permite sumergirse en las profundidades de la identidad humana y de su dimensión espiritual.
"La existencia de un ser humano no acaba allí donde acaban sus dedos", declaró un crítico sueco en referencia a los poemas de Tranströmer, a los que describe como "oraciones laicas".
La fama de Tranströmer en el mundo anglófono debe mucho a su amistad con el poeta estadounidense Robert Bly, que tradujo al inglés buena parte de su obra. Esta ha sido traducida a unos cincuenta idiomas.
En los poemas de Tranströmer abundan las metáforas y las imágenes. Ilustran escenas simples de la vida cotidiana y de la naturaleza.
Su estilo introspectivo, descrito por la revista Publisher Weekly como "místico, versátil y triste", desentona con la vida misma del poeta comprometido en la lucha por un mundo mejor y no únicamente a través de sus poemas.
Nacido el 15 de abril de 1931 en Estocolmo, Tomas Tranströmer fue educado por su madre, después de la partida, muy temprana, de su padre.
Diplomado en psicología en 1956, trabajó en el Instituto Psicotécnico de la Universidad de Estocolmo. En 1960 empezó a ocuparse de jóvenes delincuentes en un instituto especializado.
A la vez que desarrolla una rica obra poética, trabaja con discapacitados, condenados y toxicómanos.
Con 23 años, todavía estudiante, publica su primera antología "17 poemas", en una de las mayores editoriales suecas, Bonniers, con la que seguirá a lo largo de toda su carrera.
Para el editor, la poesía de Tranströmer es "un análisis permanente del enigma de la identidad individual frente a la diversidad laberíntica del mundo".
En 1966, recibe el prestigioso premio Bellman. Seguirán numerosas recompensas, como el Neustadt International Prize (Estados Unidos, 1990).
En 1997, la ciudad obrera de Västeraas, donde vivió 30 años antes de volver a Estocolmo en los años 90, creó el premio Tranströmer.
Después de publicar decenas de antologías, el poeta sufre en 1990 un ataque de apoplejía que le deja parcialmente paralizado y afásico, lo cual le obliga a reducir considerablemente su actividad.
Su primera obra tras ese ataque, seis años después, es una antología titulada "Góndola fúnebre", de la que se han vendido 30.000 ejemplares, una buena cifra para el género de la poesía.
Después de este éxito, Tranströmer no publicó nada durante ocho años, salvo su correspondencia con Bly.
Su última publicación se remonta al año 2004, con "El gran enigma", una antología de 45 haikus.
Desde entonces se centra en su otra pasión, la música. Toca a diario el piano, solo con la mano izquierda (la derecha quedó lisiada por el ataque), y se pasa las mañanas escuchando música clásica, contó su esposa en una entrevista al diario sueco Dagens Nyheter este año.
Tomas Tranströmer vive con su esposa Mónica. Tienen dos hijas.

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